Erik, gran voz y excelentes músicos, hicieron de mi evento una noche inolvidable, nos dieron más de lo que esperaba y con hermoso repertorio. Muchas bendiciones. Sinceramente Laura Gachuz.
Directora del Círculo de Aficionados a la Lectura
Cuando me llamó la Profesora Gachuz para contratarme para dar un concierto con motivo de la celebración del II Aniversario del Círculo de Aficionados a la Lectura Profesor Leonardo Treviño Barrera, nunca imagine la grata sorpresa que me esperaría.
Esta ocasión me acompaño el pianista Fernando Nuñez, profesor del Conservatorio Nacional de Música y el violinista Jorge Martínez, concertista y maestro. Llegamos temprano al evento y pude apreciar las bellas historias, poesías, reflexiones y cuentos que declamaban los integrantes de este círculo de lectura, pero lo que realmente me sorprendió fue la calidez y la familiaridad que había entre ellos. He tenido la oportunidad de participar en varios eventos y de verdad que este fue especial.
Cuando hablé con la Profesora Gachuz me comentó que quería que antes de cada canción se hiciera un breve explicación acerca de lo que se iba a interpretar con el fin de dar un contexto a la música y el público pudiera apreciarla mejor. A decir verdad me gustó mucho la idea, pues como amante de la ópera estoy familiarizado con los personajes de las diferentes arias que interpretaría, y tendría la oportunidad de compartir con el público algunas de mis historias favoritas.
Desarrollando el contexto
El profesor Nuñez habló de la historia del instrumento que domina, el piano, y paseó al público por la historia de los instrumentos de teclas más rústicos y sus armonías, hasta el clavecín, donde hizo una pausa para interpretar algunas piezas del Clave bien temperado de J. S. Bach. En una segunda intervención pasó de J. S. Bach a W. A. Mozart y Beethoven, hasta compositores mexicanos más recientes, interpretando piezas de Manuel M. Ponce.
El profesor Martínez explicó sobre la historia del violín y el papel tan importante de Antonio Stradivarius en la creación de este. Junto con su hija, Interpretaron la Pequeña Serenata Nocturna de W. A. Mozart e incluso compartió una composición propia de estilo barroco que agradó mucho al público.
Por mi parte expliqué un poco sobre la técnica italiana del Bel Canto y el desarrollo de la música napolitana, comparándola con la música mexicana de la época de oro del cine mexicano, para lo cual cante O Sole Mio con parte de la letra original en napolitano y otra parte en español al estilo Jorge Negrete; seguida por otras canciones mexicanas como Dime que sí, Júrame y Granada.
Para finalizar destaqué el papel de la ópera como la cúspide del arte escénico y mencioné los diferentes «géneros» de ópera, desde las basadas en historias cómicas -para lo cual interpreté algunas arias de L’Elisir d’amore– hasta las óperas basadas en los grandes dramas Shakespeareanos y Schillerianos.
En fin, todo esto terminó siendo algo que podría llamar un concierto interactivo, pues no sólo cantamos e interpretamos, sino también logramos interactuar con el público de una manera muy amena. Me siento muy satisfecho de saber que pudimos ayudar a crear una velada que todos disfrutamos, en resumen una experiencia única, a la altura de la calidez de este círculo de lectores tan peculiar.
Aprovecho para agradecer las aportaciones del profesor Nuñez y Martínez, ya que sin ellos no se habría logrado, pero sobre todo a la Profesora Gachuz por su invitación a este evento tan especial, por su amabilidad y cordialidad.
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Porque las imágenes hablan más que mil palabras…
