La música en la adoración nocturna juega un papel muy importante que acompaña y enriquece la adoración y alabanza. El sábado pasado tuve el honor de cantar en la misa para celebrar el 46 aniversario del Grupo de Adoración Nocturna de la Iglesia San Pedro y San Pablo ubicada en Tultitlán, Estado de México. Más de 90 agrupaciones de adoradores de diferentes parroquias se reunieron para unirse a esta celebración llena de cantos litúrgicos en latín.
La Adoración Nocturna Mexicana es una asociación espiritual de laicos aprobada por la iglesia católica, su objeto rendir al Señor el culto de adoración y alabanza. Los adoradores son laicos que se reúnen una vez al mes para rendir un homenaje de amor durante las noches.
Es el segundo año consecutivo que me invitan a cantar en la misa de aniversario del sector de adoradores de esta parroquia. Me asombra ver el compromiso y entrega de los fieles. Una vez que entraron por la puerta principal se acomodaron, las banderas rindieron saludo y marcaron inicio de la vigilia, durante la cual alternaron momentos de alabanza, peticiones de perdón y adoración, siempre acompañados por música de órgano.
La vigilia finalizó con la misa, en la cual tuve el honor de cantar para acompañar la oración. Para mí, toda una experiencia digna de contar.
